Un año más y con la misma emoción y nervios que el primer año, llegó el mejor día del año. Ese día que todos esperamos, el mejor del año y en el que se nos olvidan las prisas, los problemillas del proyecto, … y de repente estás donde tienes que estar. Ves a los alumnos disfrutando, enseñando con orgullo su proyecto y ese compañerismo entre alumnos y profesores de todos los centros donde lo importante no es ganar, es compartir y vivir la experiencia.
En nuestro caso la aventura comienzo compartiendo autobús con nuestros amigos del SAFA de Pinto, una tradición ya dentro del proyecto. Llegamos a Endesa y los nervios empiezan a salir un poco junto con el asombro por el bonito edificio donde están. Bajar las escaleras es una transformación y se dan cuenta del número de colegios y la cantidad de niños/as de su edad que hay. Primer paso, nos situamos en nuestra mesa y hacemos inspección de la zona.
Este año hemos apostado por un colegio del futuro y la maqueta es casi más grande que la mesa, sin problemas la cambiamos de colocación. Probamos todo y como somos de los primeros, funciona de momentos todo correctamente. Una vez todo en su sitio, paso 2: A comer antes de que empiece la exhibición.
Comienzan a pasar las primeras personas y la primera explicación la hacemos con algún nervio, los alumnos se van animando y cada vez lo explican con más soltura. Se van turnando para poder ver los otros proyectos, vienen y se cuentan emocionados que han descubierto, sobre todo triunfó la presentación de uno de los equipos de Andalucía. Ya estaban avisados pero surgen algún problemilla porque con las placas de todos los proyectos, no siempre funcionan, ellos con ilusión explican lo que debería hacer y los profesores que sabemos de lo que hablan, contestamos con empatía que es normal, eso les relaja.
Y sin darnos cuenta, pasa el tiempo y llega el tiempo de la entrega y las despedidas. Se van con ganas de más, toda la mañana se les ha hecho corta. Nos vamos pensando en el próximo fesvital.

