Nuestro viaje ya está empezando en «velocidad de crucero». Hemos trabajado todo el centro (sí, casi los mil niños) en realizar una lluvia de ideas mediante diferentes dinámicas y canales para ver qué proyecto nos podía encajar.
Después de barajar y depurar el proyecto que más nos convencía y veíamos que se podía realizar, nos hemos puesto manos a la obra a dividir el trabajo, viendo qué se puede hacer en gran grupo y de qué se tienen que encargar un grupo de especialistas.
Se trabaja más y es más lento pero así encontramos que todo el colegio está dentro del proyecto
Para conseguir un producto final óptimo, los especialistas van a trabajar en pequeños grupos haciendo el mismo proyecto y luego poniéndolo en común para elegir la mejor manera de realizarlo. Volvemos a insistir en que, aunque esta forma es más lenta, tiene la ventaja de que todos aportan, todos aprenden y los que encabezan el proyecto tienen conocimiento de todas las partes.
Estamos con tiempo, fuerzas y ganas. El proyecto nos encanta y esperemos que esto se mantenga y no lleguemos al final con la lengua fuera.