El compromiso con la innovación educativa nos lleva, una vez más, a participar en el proyecto RetoTech. Sin embargo, en esta edición, el desafío adquiere una nueva dimensión, ya que nuestra participación está marcada por un reto adicional: trabajar con un grupo de 10 estudiantes de la ESO del programa de diversificación curricular.
Esta iniciativa representa una oportunidad única para demostrar que las metodologías basadas en el trabajo por proyectos, pilares de RetoTech, son herramientas eficaces para la inclusión y el aprendizaje significativo dentro del programa de diversificación curricular. Apostamos por una educación innovadora que fomente la creatividad, el trabajo en equipo y el desarrollo de habilidades tecnológicas.

El proyecto desarrollado por nuestros estudiantes consiste en un sistema de alarma para centros educativos. Su objetivo es mejorar los mecanismos de aviso en situaciones de emergencia, asegurando que, incluso en contextos donde el sonido de la sirena pueda verse obstaculizado por el ruido del aula (como la reproducción de audios), el sistema active un protocolo alternativo. Para ello, se ha diseñado una función que envía una notificación automática a los dispositivos móviles del personal docente, garantizando que la alerta llegue de manera eficaz.
Desarrollar este proyecto no ha sido tarea fácil. La combinación del trabajo técnico con las exigencias académicas diarias ha supuesto un verdadero reto tanto para los estudiantes como para el profesorado. Sin embargo, ha sido precisamente en esa dificultad donde hemos encontrado el mayor valor pedagógico: los alumnos han aprendido a gestionar su tiempo, a organizar tareas y a mantener la motivación incluso cuando las circunstancias eran complicadas.
Trabajar con un grupo de diversificación curricular en un proyecto tecnológico de estas características ha sido, sin duda, una experiencia transformadora. Cada reto superado, cada dificultad vencida, ha supuesto un paso adelante en su desarrollo personal y académico. Han aprendido no solo contenidos técnicos, sino también a confiar en sus propias capacidades, a colaborar y a perseverar.

Y ahora, tras semanas de esfuerzo, podemos decir con orgullo que… ¡ya está todo listo! El proyecto está terminado, probado y preparado para ser presentado. Hemos superado el reto y, más importante aún, hemos demostrado que con trabajo, compromiso y metodologías adecuadas, todos los alumnos pueden alcanzar grandes logros.
Participar en RetoTech este año no solo implica diseñar un proyecto innovador, sino también demostrar que la tecnología y la educación inclusiva pueden ir de la mano para construir un futuro más accesible y seguro.
