En esta etapa del proyecto, estamos viendo cómo todo el esfuerzo empieza a dar frutos. La casa ya está completamente montada y forrada, lo que nos ha permitido centrarnos en los detalles que realmente le dan vida. Nos encontramos trabajando intensamente en la decoración y funcionalidad del interior: estamos construyendo muebles para hacer el espacio más realista y acogedor, cuidando cada rincón para que el resultado final esté a la altura de nuestras expectativas.
Gran parte del sistema ya está instalado y operativo. La integración de los componentes ha sido uno de los mayores retos, pero hemos conseguido que funcionen de forma coordinada. Uno de los logros más importantes ha sido dejar lista la silla de ruedas. Después de muchas pruebas y ajustes, conseguimos que se desplace correctamente dentro de la casa, cumpliendo con el objetivo principal de facilitar la movilidad.
También hemos avanzado mucho en el área de desarrollo de aplicaciones. Las apps que creamos están funcionando bien y permiten controlar distintos elementos de la casa desde el móvil, algo que nunca habíamos hecho y que ahora manejamos con soltura.
Más allá del aspecto técnico, esta fase del proyecto nos está enseñando a organizarnos mejor, a distribuir tareas y a resolver problemas en equipo. Cada día surgen nuevos desafíos, pero también nuevas ideas, y eso mantiene viva la motivación.
Estamos muy contentos con el progreso logrado y seguimos trabajando con ilusión para que todo quede perfecto. Sabemos que todavía queda por pulir algunos detalles, pero ver cómo nuestra idea se convierte en una realidad funcional y con propósito es, sin duda, la mayor recompensa.
