Seguimos avanzando con nuestro proyecto para RetoTech, y aunque los pasos han sido pequeños, cada uno de ellos nos acerca más a una idea que nos ilusiona: construir algo que no solo funcione, sino que también tenga un impacto real en el mundo.
Nuestro equipo ha estado trabajando con mucha concentración y ganas, afinando ideas y dando forma (literalmente) a un prototipo que quiere romper barreras: las físicas, las tecnológicas y las sociales. Y aunque la tecnología no siempre se pone de nuestro lado —especialmente cuando la impresora 3D decide tomarse un respiro más largo de lo esperado—, no hemos perdido el foco.
💬 «Queremos crear algo que llegue a lugares donde normalmente no llega la educación», comentaba uno de los alumnos mientras revisábamos conexiones y buscábamos alternativas. Porque eso es lo que hay detrás de cada cable, sensor y línea de código: una intención clara de transformar, aunque sea un poquito, la realidad de muchas personas.
🔧 En estas últimas semanas hemos seguido construyendo maquetas, diseñando módulos y ajustando elementos clave del sistema de control. Todo con un objetivo en mente: lograr que nuestro espacio educativo portátil, autónomo y sostenible, se convierta en una herramienta de futuro.
Cada sesión de trabajo nos acerca más a un aula que viaja donde se necesita. Una que no necesita enchufes, pero sí muchas ganas.
¡Seguimos cargando energía para un reto brillante!
