Éxito colectivo

Hemos querido darnos un tiempo antes de escribir esta entrada en el blog para digerir todo lo sucedido. Este curso de nuevo nos hemos hecho con el Premio Profesor de Andalucía de RetoTech, un galardón que valoramos extraordinariamente porque es otorgado por los compañeros y compañeras asistentes al Festival, a quienes queremos agradecer sus votos, así como al alumnado que interactuó con nuestro proyecto y que tuvieron palabras de aliento hacia nosotros durante el evento.

Un proyecto de este calibre conlleva meses de trabajo y, al menos en nuestro caso, es un trabajo en equipo de gran parte de nuestra comunidad educativa: alumnado, profesorado y familias, incluso abuelos hemos involucrado en esta ocasión.

Como ya nos pasó el año pasado, teníamos muy claro desde el principio la temática de nuestro proyecto, pero a medida que pasaban las semanas no sabíamos exactamente cómo darle forma. Había actividades que queríamos hacer, pero tampoco sabíamos muy bien cómo hacerlo, como es el caso de las escaleras móviles, y no fue hasta las últimas semanas cuando el proyecto fue cogiendo forma, improvisando un escenario del que estamos bastante satisfechos.

Llegó el día del Festival e íbamos cargado de ilusión. Con la tranquilidad de haber hecho un buen trabajo, pero con el nerviosismo propio de un gran evento autonómico como este que compartiríamos con otros muchos centros de gran nivel. El transporte del proyecto también nos preocupaba y sabíamos que no disponíamos de mucho tiempo para montar y solucionar posibles imprevistos.

Una vez montado nuestro proyecto tocaba el momento de comer y disfrazarnos. Allí no dijimos nada, pero tuvimos un percance: al llegar nos dimos cuenta que habíamos olvidado el disfraz de Severus Snape, ¡el mío! Al final quedó solo en una anécdota y doy gracias de que no fuera ninguno del alumnado, que son los verdaderos protagonistas y pudieron disfrutar a tope del Festival.

La verdad es que no nos podemos quejar de la asistencia a nuestro stand, siempre estuvo lleno y era difícil encontrar un hueco para poder verlo bien. Apenas pude hacer fotos durante el evento, con tanta gente, pero comparto algunas.

Nuestro alumnado disfrutó explicando su proyecto y se entregaron a la causa, estoy seguro de que nunca olvidarán lo que vivieron allí.

La verdad es que incluso a día de hoy impresiona ver el salón de actos lleno. El premio adquiere mayor valor aún cuando se tiene en cuenta el gran número de centros asistentes y el nivel de sus proyectos. No fue nada fácil, cada año nos vamos superando todos.

La suerte estaba echada y ya solo quedara escuchar el nombre de los afortunados y sí, increíblemente volvimos a escuchar la frase soñada durante tanto tiempo: «¡El ganador es el CEIP Blas Infante!». No sé si quería reír o llorar. En ese momento un conjunto de emociones recorría mi cuerpo y no podía más que pensar en toda la gente que había sido partícipe de este proyecto y no había podido vivir este momento.

Las emociones no terminaban ahí, tuvimos una gran recepción a la llegada a nuestro colegio por parte nuestra comunidad educativa que se mostraba orgullosa de la hazaña que acabábamos de repetir. Con nuestra directora Charo al frente.

Pero esto no podía quedar ahí. Quedamos otra tarde para hacer una fiesta y hacer entrega de diplomas y medallas personalizadas a nuestro alumnado y que los que no nos pudieron acompañar se sintieran también partícipes de este éxito.

Especial agradecimiento a Juan Luis y Antonio, sin quienes este proyecto no habría sido posible y a todas las familias que pusieron su granito de arena para que nuestro alumnado cumpliera su sueño. Enhorabuena a vosotros también y gracias.

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