Al principio nos costó encontrar un proyecto que nos motivara y que sintiéramos que podíamos afrontar, pero después de unos días de pensar encontramos un problema cercano en el que queríamos trabajar.
Nuestro centro desde hace años tiene un alto porcentaje de alumnos que llegan durante el curso de origen extranjero. Estos alumnos muchas veces no hablan ni castellano ni catalán y la comunicación se da con ellos en inglés cuando es posible, pero en ocasiones, los compañeros solo hablan la lengua de su lugar de origen (punjabí, urdu, árabe…). Esto dificulta muchas veces que los alumnos que acaban de llegar sean conscientes de como funciona el centro y de lo que pasa a su alrededor, por eso decidimos crear señales visuales que pudieran ayudarles a ser conscientes de su entorno.
Con unas semanas por delante y con la idea ya clara, nos pusimos a trabajar en el prototipo que llevaríamos al festival.