La aventura de Reto-Tech ha supuesto todo un cambio para nuestros alumnos. Acostumbrados a una asignatura de Tecnología «tradicional» (con sus temas diferenciados y el talante de cajón de sastre que ésta suele tener), hemos virado hacia un curso completamente volcado hacia el aprendizaje por proyectos que Reto Tech incitaba.
Aplicado a las dos clases del curso de 3º, y organizadas ambas por grupos de 6 para intentar maximizar el «contacto» con el Zum Kit y facilitar cierta división de tareas de cara a los dos primeros retos; en el desarrollo del periodo formativo ha habido de todo un poco (algo esperable, por otra parte): grupos más interesados; grupos menos interesados; grupos que nos han dejado con la boca abierta con su creatividad sin límites y la fácil asimilación de aquello que le hemos ido impartiendo; otros que no han terminado de encontrar aquí, no ya lo que sí han hallado sus compañeros, sino lo que, fiel reflejo de todo lo que YO había descubierto, creía que ELLOS iban a descubrir.
Afortunadamente, las voces disonantes han sido las menos y, en última instancia, se han incorporado al carro de Reto Tech de una manera u otra, encontrando en App Inventor o en Bit Bloq 3D la puerta de entrada más afín a sus intereses.
Terminado el proceso de formación, desde el centro hemos decidido que nuestros alumnos no preparen un único proyecto final, sino dos, optando por hacer un concurso de ideas en cada clase del que ya darán cuenta ellos mismos a partir de la próxima entrada: hecha la selección de las ideas que se desarrollarán en el grupo A y el B, hemos procedido a dividir el trabajo en cuatro grandes grupos que, hasta el Festival, se han comprometido a trabajar incansables para dar lo mejor de sí mismos.
En cada clase, habrá un grupo dedicado a la elaboración de la maqueta, otro que se ocupará de Bit Bloq y App Inventor, un tercero que volcará sus esfuerzos en sacar adelante cuantos diseños 3D sean necesarios para incluir en la maqueta y un último que, a partir de la próxima entrada, estará dedicado a hacer un seguimiento del desarrollo del proyecto y escribir una vez por semana con todo lo que los cinco días hayan dado de sí. Todo eso, por dos, claro (incluido el diario de trabajo) en un camino que llevará, allá por primeros de mayo, a seleccionar cuál de los dos proyectos será el que nos represente en el Festival.
Así que, lo dicho, a partir de las próximas entradas, iremos dando puntual información de cómo avanzan los dos proyectos.