Ayer poniamos fin a un largo trabajo. Muchas horas de taller para preparar la maqueta, aprender a programar la placa, leds, servos, sensores… y preparar una aplicación que sirva a nuestro proyecto.
¡Ha sido una gran experiencia! Hemos propuesto una solución a un problema que tenemos en nuestro colegio, realizado una maqueta con materiales reciclados, trabajado en diferentes áreas (programación, electricidad, impresión 3D…), aprendido sobre temas impensables al inicio del curso, trabajado en el taller a pesar de las restricciones por COVID, trabajado en equipo… ¿Qué más se puede pedir a un año tan difícil?
Al final del camino nos quedamos con todos los problemas que ha ido surgiendo en el día a día, pero que ninguno de ellos nos ha impedido llegar al final y hemos sido capaces de superarlos.
Como bien dice nuestro profesor «En ocasiones hay que olvidarse de la meta, para poder disfrutar del proceso». Y en nuestro caso, hemos disfrutado muchísimo y nos sentimos orgullosos de nuestro trabajo.
¡Hasta el año que viene RetoTech!