
Un año que parece que ha sido de parón, en blanco… O todo lo contrario. En el colegio Andel ha sido un año en el que hemos aprendido a valorar infinitamente más a la familia, a los amigos, los abrazos y las sonrisas. Un año en el que hemos echado de menos nuestras aulas, nuestros alumnos, nuestros profes. Un año de semipresencialidad en el que hemos crecido en responsabilidad y madurez (aunque por momentos nos hayamos distraído en las clases online «buscando un traidor among us«).
Un año en el que se ha multiplicado 365 veces nuestra ilusión por Retotech.