¡Cómo cambia todo en tan poco tiempo! Parece que fue ayer cuando empezábamos con ilusión nuestra segunda participación en Retotech, aunque finalmente no pudo acabar en nada concreto por ese confinamiento que nos trastocó a todos. Una situación que nos ha obligado a reinventarnos en casi todo, fundamentalmente en el contacto personal tan necesario para todo, y al que ahora damos más valor si cabe.
Nuestra idea de proyecto del año pasado no pudimos concretarla, aunque sí descubrimos el papel tan importante que la tecnología tiene en nuestras vidas. Pasamos de tratar de diseñar objetos en 3D para un proyecto de colegio a fabricar viseras y protectores para sanitarios.
Nos despedimos en el equipo pensando en retomar el proyecto en unas semanas y por desgracia no pudo ser. Eso ha significado que algunos de los chicos han perdido algo de fuelle, y que el impulso de la primera participación se ha diluido un poco. En este curso tan extraño lo cierto es que nos está costando arrancar: los mayores ya están en 2º de bachillerato, con los nervios que les supone; los pequeños del año pasado han perdido el hilo un poco, y hemos tenido que empezar de cero. Y para colmo de males nos encontramos que nuestra impresora Witbox ya no funcionaba. El filamento se atascó en su interior así que el primer reto de este año ha sido desmontarla, sin ayuda, arreglarla y lograr que vuelva a la vida…¡y lo hemos logrado!
La semi presencialidad no ayuda, ni las distancias, ni la complicación de coincidir en en un espacio y tiempo todo el equipo, pero pese a ello hemos conseguido ilusionar (gracias a los propios alumnos) a un nuevo grupo de chicos y chicas interesados en la tecnología y en cómo aplicar su tiempo a algo útil, creativo y solidario. Hemos comenzado empleando la tecnología en algo tan básico como emplear Doodle para encontrar un hueco donde reunirnos, así que algo es algo para empezar.
Como hemos tenido que adoptar nuevas costumbres, han abierto los ojos y se plantearon «cómo era eso de los medidores de CO2», y con la ilusión de aprender cómo funcionan y cómo se hacen, hemos lanzado esa idea para este curso.
Vamos a tratar de fabricar unos medidores de la calidad del aire en clase, pero que puedan monitorizarse desde el teléfono, es decir, que pueda interactuar permitiendo alarmas, visualizado de la medida de más de un aula, sin tener que mirar uno a uno todos los que hay en las clases. También les doraremos de algo de inteligencia: poder activar un ventilador para ventilar, e incluso abrir puertas y ventanas, tanto de manera automática según los niveles como de manera remota desde un panel de control COVID para todo el centro.
Han surgido varias ideas más que no sabemos si nos dará tiempo: poder armonizar esa apertura de puertas y ventanas con un control de la temperatura del aula, un control de distancia en los pupitres por si se mueven y colocan más cerca de lo debido, y un medidor de CO2 que pueda alojarse en un bolso de mano para poder llevarlo siempre a cualquier reunión.
Si fuera posible nos gustaría crear otro robot móvil que pudiera pasear por las aulas y hacer las medidas para el caso de que por falta de presupuesto no pudiera dotarse de medidores a todas las estancias.
De momento lo que sí tenemos es muchísima ilusión, y ya hemos empezado con las reuniones presenciales para empezar a trabajar. Seguro que vamos a disfrutar como en años anteriores, y esperamos poder ver también las fantásticas ideas de otros colegios y disfrutar de esta experiencia tan enriquecedora como es Retotech.
¡Empezamos!
#somosfesd #vactochasemueve, CO2, Colegio Virgen de Atocha – FESD, RetoTech_Fundación_Endesa