A pesar de ser nuestro segundo año dentro de la familia RetoTech, podemos decir que es nuestra primera vez. Y es que, el año pasado la COVID-19 nos imposibilitó a todos completar esta experiencia.
¿Será el #espirituretotech o aquel frenazo en seco del año pasado lo que ha mantenido intacta nuestra ilusión y nuestras ganas?
Esta convocatoria está suponiendo un reto especialmente atractivo para nosotros debido a las circunstancias tan extraordinarias en la que nos encontramos en el aula durante nuestro día a día: mascarillas, geles por doquier, distancia de seguridad, grupos reducidos de alumnos, etc. A principios de curso, en septiembre, el colegio tuvo que llevar a cabo una reestructuración en sus instalaciones y recursos, grupos de alumnos y metodología de trabajo que nos hizo pensarnos -muy mucho- asumir nuestra inclusión en RetoTech. Finalmente, aceptamos el reto y es por eso que aquí estamos. No sin antes pensar cómo podríamos sortear y minimizar las dificultades que toda la normativa de seguridad COVID suponía a la hora de trabajar la programación y la robótica en el aula.
Para poder participar todos, hemos repartido los contenidos del proyecto entre los tres cursos siguientes:
- 1ºESO – Nosotros somos los encargados de llevar a cabo una simulación de la situación real para la que se ha pensado el desarrollo.
- 2ºESO – Ellos están llevando a cabo el diseño y la impresión 3D. Para ello están aprendiendo a modelar con BlocksCAD.
- 3ºESO– Son los responsables de la programación en sí misma de nuestro prototipo mediante la placa ZUM Core 2.0 de BQ y el IDE Bitbloq.
Además, tenemos un alumno colaborador que nos está ayudando a desarrollar la aplicación móvil escrita en Python.
Este reparto de tareas nos ha permitido trabajar los contenidos de programación y robótica siendo fieles tanto a las medidas de seguridad anti-COVID como a la metodología de trabajo de nuestro centro: el aprendizaje cooperativo basado en proyectos.
Ahora os dejamos, pues tenemos que seguir trabajando para dar forma y vida a nuestra idea.
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